“¿Nucleares? No, gracias”: la frustrada campaña que marcó a una generación

“OTAN no, bases fuera”, “Mili KK” y “¿Nucleares? No, gracias”. Tres campañas ciudadanas, promovidas desde el atomizado arco político de la izquierda española de la década de los 70, 80 y 90 del siglo pasado, aunque también desde la sociedad civil, marcaron a toda una generación de españoles.
Su amplio seguimiento en las calles no dejó de ser uno de los más claros signos de normalización política y social que daba por zanjada la transición, además de una dura presión para los gobiernos del PSOE de Felipe González. Como lo fue –aunque en un plano más político–, la huelga general del 14 de diciembre de 1988 o las campañas contra el Plan de Empleo Juvenil y la legalización de las empresas de trabajo temporal.
Lee tambiénSu evolución y resultados fueron desiguales, aunque supusieron la articulación de un pujante movimiento pacifista y ecologista en la línea de otros países europeos. Fue fruto de esta nueva conciencia y de la creación de numerosos colectivos de ámbito local como nació en mayo de 1977 Coordinadora Estatal Antinuclear.
Fue en Soria, donde se celebró una reunión de los principales grupos ecologistas antinucleares que despuntaban en sus territorios, como era el caso del Comitè Antinuclear de Catalunya y la Comisión de Defensa de una Costa Vasca No Nuclear o la Asociación de Estudio y Defensa de la Naturaleza, entre otros colectivos. A mediados de los 80 integraba ya a más de medio centenar de grupos de toda España.

Primera manifestación contra las centrales nucleares en España convocada por la Coordinadora Estatal Antinuclear en 1979
Ecologistas en AcciónLa Coordinadora se creó con el objetivo de constituir una respuesta ciudadana unitaria al Plan Energético Nacional de 1975, que preveía la puesta en marcha o construcción de siete centrales de segunda generación (Almaraz I y II, Ascó I y II, Lemóniz I y II y Cofrentes) que debían sumarse a las ya existentes de Zorita, Santa María de Garoña y Vandellòs I, y la previsión de una tercera generación que completaría un parque de 37 reactores, entre ellos Vandellòs II y III.
El colectivo, además, se marcó el objetivo de ofrecer un discurso único y riguroso contra la energía nuclear centrado en poner en alerta a la ciudadanía sobre sus riesgos. Así nació la versión española de la campaña internacional “¿Nucleares? No, gracias”, representada por el popular sol sonriente diseñado por la organización antinuclear danesa.
El Plan Energético Nacional de 1975 preveía que España contase con 37 reactores nucleares de tres generacionesMás allá del impacto que causaron las masacres de Hiroshima y Nagasaki y el temor de la crisis de los misiles de Cuba de 1962, los átomos para la paz que había propugnado Dwight Eisenhower, también generaban rechazo por el riesgo de los reactores nucleares y la gestión de sus residuos antes de que se hubiesen producido los graves accidentes que llegarían en 1979 en la central de Three Mile Island, en Pensilvania y, sobre todo, el de Chernóbil, en Ucrania, en 1986, que marcaría un punto de inflexión en el movimiento.
Antes de eso, en España, el accidente de Palomares de enero de 1966, cuando un bombardero y un avión cisterna estadounidense se estrellaron y cayeron al mar con cuatro bombas nucleares frente al litoral almeriense, ya había dejado de manifiesto el riesgo de radiación pese al baño tranquilizador que se dieron en las aguas contaminadas el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, y el embajador de Estados Unidos en España, Angier Biddle Duke.

Reunión en Vic de la Coordinadora Estatal Antinuclear en su campaña contra la central de Ascó
Ecologistas en AcciónA todo ello se le sumó el impacto que tuvo en Galicia la firme oposición al vertido de residuos radiactivos en la Fosa Atlántica, a 700 kilómetros de la costa española, por parte de Greenpeace, que llegó a capturar bidones nucleares con balsas neumáticas en unas acciones tan arriesgadas como mediáticas en 1981. Este cementerio nuclear submarino, que había empezado a utilizarse en 1967, se clausuró en 1983 en lo que supuso una rotunda victoria de los ecologistas.
En ese caldo de cultivo, con el PSOE ya en el poder, el Plan Energético de 1984 decretó la moratoria de cinco centrales ya autorizadas e incluso construidas. Paradigmáticos fueron los casos de Valdecaballeros y Lemóniz, paralizados ante una dura oposición ciudadana, si bien en el caso de la central vasca ETA realizó varios atentados y asesinó a dos ingenieros vinculados al proyecto.
La iniciativa legislativa popular que debía llevar el debate sobre las nucleares al Congreso no alcanzó las firmas necesariasLa Coordinadora no cesó en una lucha que fue sumando apoyos y tras el incendio en la sala de turbinas de la central de Vandellós I, que puso en serio riesgo la central en octubre de 1989, convocó una manifestación en Barcelona que un mes después congregó a unas 70.000 personas para exigir el cierre de la instalación. En 1990, con el apoyo de Greenpeace, decidió emprender una recogida masiva de firmas en toda España para presentar una iniciativa legislativa popular que llevase al Congreso el debate sobre el abandono de la energía nuclear.
Fue el arranque de la campaña “Vivir sin nucleares”, apoyada por más de 300 colectivos de toda España y argumentada por explícito manifiesto: “Diez razones para vivir sin nucleares”, y acompañada por la “Proposición de ley por la que se regula el abandono de la producción y utilización de la energía nuclear”, el texto que los organizadores esperaban que llegase a las Cortes y que sistematizaba los diez puntos del manifiesto. Es el que ofrecemos íntegro.

Manuel Fraga, Ministro de Información y Turismo, se baña en Palomares para demostrar que no existe radioacitvidad
Luis Alonso / EFELa iniciativa necesitaba el apoyo de 500.000 firmas, que debían en un plazo de seis meses que se inició el 1 de diciembre de 1990. Sin embargo, llegado el 31 de mayo de 1991 las firmas rondaban las 460.000. Los promotores de la iniciativa denunciaron los numerosos impedimentos que puso la Junta Electoral Central, que exigió la fecha de nacimiento y el domicilio de los firmantes pese a que no estaba contemplado en la ley que regulaba el procedimiento. Además, exigió que el enunciado de la propuesta de ley con las firmas no estuviese sólo en una lengua que no fuese el castellano.
La campaña de recogida de firmas se vio además marcada por la Guerra del Golfo, que desvió la atención de muchos de los colectivos implicados, y las elecciones municipales y autonómicas que se celebraron, precisamente, ese mes de mayo. Pese a que los organizadores pidieron la ampliación de tres meses de plazo que preveía la ley, la Junta la denegó la iniciativa no acabó llegando al Parlamento.
El manifiesto“Proposición de ley por la que se regula el abandono de la producción y utilización de la energía nuclear.
”La energía nuclear está en crisis en todo el mundo. Las dramáticas consecuencias de los accidentes de Harrisburg y Chernóbil, los riesgos para la salud de las personas, el problema irresuelto de los residuos, la falta de rentabilidad de estas instalaciones y una opinión pública cada día más contraria a su uso son factores de esta crisis.
”Un buen número de países desarrollados ha renunciado a la producción nuclear de electricidad sin que su nivel de bienestar se vea mermado. Este es el caso de seis de los doce países de la Comunidad Económica Europea. Entre ellos están Dinamarca, que además de poseer la renta per cápita más alta de la CEE produce la energía más barata, e Italia que aún consumiendo 1,5 veces la electricidad de Estado español cerró sus centrales en 1987 tras un referéndum.
Numerosos países desarrollados ha renunciado a la energía nuclear sin que su nivel de bienestar se vea mermado
”No son casos únicos. Austria, Australia y Nueva Zelanda tampoco producen electricidad de origen nuclear. Hoy puede decirse sin exageración que la energía nuclear se ha vuelto una pesadilla incluso para aquellos que la impulsaron.
”El cierre de las centrales nucleares es una necesidad urgente. El riesgo de nuevos accidentes se multiplica día a día, como demuestra el ejemplo de Vandellós I. La cantidad de residuos aumenta, complicando la solución, incrementando su coste y acrecentando la hipoteca del futuro; en relación a este tema es imperativo el desmantelamiento del cementerio nuclear de El Cabril, así como el supeditar la creación de nuevos cementerios nucleares al cierre de las centrales. La crisis ambiental de nuestro tiempo exige en breve un cambio en el modelo energético basado en la participación ciudadana en cada nacionalidad y región, que abra las puertas a una nueva forma de desarrollo ecológicamente fundada.
”Artículo primero.
”Se renuncia a la producción e importación de electricidad de origen nuclear en todo el territorio del Estado español. Por consiguiente, 1. No se iniciará la construcción de ninguna nueva central nuclear; 2. Se renuncia a obtener electricidad de origen nuclear en aquellas plantas inicialmente concebidas como centrales nucleares que cuentan con autorización de construcción (Lemóniz I y II, Valdecaballeros I y II, y Trillo II) sometidas actualmente a moratoria.
El cierre de las centrales nucleares es una necesidad urgente, el riesgo de nuevos accidentes se multiplica día a día
”Artículo segundo
”Queda prohibida la importación, exportación y tránsito de sustancias nucleares y equipos de generación de electricidad de origen nuclear, tanto si han sido producidos en éste como en terceros estados.
”Disposición adicional primera.
”El Gobierno presentará al Parlamento en el plazo máximo e improrrogable de seis meses un plan de cierre y desmantelamiento urgentes de todas las centrales nucleares comenzando por las de primera generación –Zorita y Garoña–, para continuar por las restantes.
”Disposición adicional segunda.
”Se autoriza al Gobierno para que en el plazo máximo e improrrogable de seis meses dicte las normas necesarias para el desarrollo de lo dispuesto en la presente ley y la punición de sus infractores.
La crisis ambiental exige en breve un cambio en el modelo energético basado en la participación ciudadana
”Disposición adicional tercera.
”Para llevar a cabo el plan de cierre y desmantelamiento se creará una comisión de seguimiento de la que formarán parte entidades ecologistas y asociaciones ciudadanas.
”Disposición derogatoria.
”Quedan derogadas todas aquellas disposiciones de igual o inferior rango que se opongan a lo dispuesto en la presente ley.”
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